miércoles, 20 de junio de 2018

Propósito y competencias


Propósito y competencias del curso:

Este curso tiene como propósito que los estudiantes normalistas conozcan las posibilidades de intervención de la educación física en el preescolar,  desde la perspectiva de la estimulación de la motricidad en todas sus manifestaciones. En consecuencia, se busca que favorezca el desarrollo de competencias docentes para promover la competencia motriz en sus futuros alumnos, a través del diseño e implementación de experiencias de enseñanza-aprendizaje que resulten pertinentes y eficaces en los distintos períodos de educación básica, particularmente en el preescolar. Con ese fin se ha considerado necesario partir de cuatro grandes premisas con las que la educación física busca intervenir en la educación básica.
La primera establece que el niño adquiere la noción de sí y con ello el conocimiento y la conciencia de sus acciones. Esta se logra mediante la estimulación del esquema e imagen corporal que favorece la construcción e integración  de su corporeidad; es decir, la exploración y valoración de sus posibilidades expresivas y de movimiento, el conocimiento de su cuerpo tanto de manera esquemática como su propia imagen corporal. Se pretende que el futuro maestro favorezca las condiciones para que el alumno reconozca quién es él o ella y asuma por lo tanto un compromiso consigo mismo; que aprecie su cuerpo una vez que ya lo conoció, que lo estimule mediante la incorporación de las capacidades perceptivo motrices, tales como la coordinación, el equilibrio, lateralidad, ubicación espacial y temporal, el ritmo, la respiración y la relajación entre otras y el juego motor; que realice constantes reflexiones acerca de sus intereses y necesidades y que las encuentre en el día a día mediante la convivencia y el aprecio por el otro.
La segunda premisa plantea el desarrollo de la competencia motriz de los alumnos de educación básica, entendida como: El conjunto de conocimientos, procedimientos, actitudes y sentimientos que intervienen en las múltiples interacciones que realiza en su medio y con los demás, y que permiten que los escolares superen los diferentes problemas motrices planteados, tanto en las sesiones de educación física como en su vida cotidiana (Ruíz Pérez, 1995).
Ésta se debe estimular a través de distintas modalidades: el juego, la expresión corporal, el baile, los cantos y rondas, aplicar circuitos de acción motriz en donde los retos sean la constante de participación, en el juego cooperativo. Se trata de hacerle ver al  alumno  la  importancia  del  otro  en  la  construcción  de  sus  habilidades,  en  el  desarrollo  de  sus  patrones  básicos  de movimiento  y  posteriormente  en  la  manifestación  de  sus  habilidades  y  destrezas  motrices;  y  no  solamente  desde  el individualismo y el egocentrismo.
La tercera premisa se refiere a la disponibilidad corporal de los alumnos, lo cual implica afrontar los retos que le impone el medio ambiente y por lo tanto aprender a utilizar sus saberes, incluyendo su propia competencia motriz en la resolución de problemas: en la comunicación, la socialización, integración grupal el intercambio de ideas, la capacidad de llegar a acuerdos y discutirlos, creando una cultura de la paz  y diálogo. Desde luego que las más variadas estrategias didácticas ponen a prueba la disponibilidad corporal y, justamente, esas son las que los futuros maestros deben promover gradualmente desde los primeros grados de la educación preescolar.
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